2013-10-16

A moment in a million years

A moment in a million years called life



Un momento en un millón de años llamado vida, un conjunto de sueños, esperanzas, deseos y actos desvanecidos en un segundo, en el que la muerte con el olvido se los lleva quedando la vida de los muertos en la memoria de los vivos. Si morimos u olvidamos propiciados por alguna fatal enfermedad, no moriremos del todo mientras alguien lleve nuestro recuerdo en el corazón. Esta es la inmortalidad del alma, el alimento del más puro amor y de la misma fe.

Una historia, un momento en un millón de años, una ínfima parte del universo llamado vida, la mía, no más importante que cualquier otra ni mejor. Pero al fin y al cabo una historia más que tal vez pueda interesar o ayudar a quien tenga a bien dedicar su tiempo a leerla.

[..Ponme como sello sobre tu corazón…pues fuerte es el amor como la muerte…] (el hombre en busca de sentido)

Con esa frase de un gran libro, se resume el sentido último de la vida, a lo que todos aspiramos y lo único que nos mantiene con vida cuando todo lo demás falla o estamos en el peor de los infiernos. Tanto el amor, como la esperanza de sentirlo algún día o la falta de el, es lo que más vivo hace sentir a un ser humano y lo que más fuerza concede.

Todos buscamos amor y comprensión, de quien amamos y de aquellos que nos rodean y cuando por el motivo que sea no lo obtenemos nos vamos criando con carencias afectivas (en mayor o menor medida) que nos acaban afectando en nuestra vida como adultos.

Entre otras teorías psicológicas se encuentra el AT (análisis transaccional) que viene a decir que en algún punto de nuestra niñez viendo como se comportan con nosotros y los adultos entre ellos decidimos como serán nuestras relaciones futuras.

Resumiendo muy por encima (para mayor información recomiendo dos libros: AT hoy y Juegos en que participamos) nuestro persono (o Yo) se divide en tres estados.

Para mayor facilidad lo pondré como lo explica Eric Berne, creador del análisis transaccional y autor entre otros de la obra Juegos a los que jugamos:

[…“ Padre: la persona siente, piensa y actúa de modo similar a la versión que ha interiorizado de una figura relevante de su infancia. Estas figuras son principalmente los padres, y también abuelos, tías y tíos, hermanos y hermanas varios años mayores, cuidadoras, vecinos e incluso personajes de películas. Así, alguien puede comprar fruta pidiéndola con la misma frase que utilizaba su madre reproduciendo su modo de cruzarse de brazos y sostener la cartera, a la vez que piensa que hay que vigilar la balanza del peso pues hay que desconfiar de los tenderos.

Adulto: acorde con las capacidades que se han ido desarrollando a lo largo de la vida, los conocimientos que ha ido adquiriendo y la experiencia que ha venido acumulando, la persona en su momento actual tiene un modo de sentir más estable, un modo de pensar que considera tanto lo específico e inmediato como el contexto general y las consecuencias y puede modular su comportamiento. Quien esté situado en un estado del yo Adulto, además de sentirse muy alegre con el millón de euros ganado en la lotería, sopesa qué hacer con el mismo. Por eso, mantiene el anonimato frente a los representantes de entidades bancarias que se agolpan en la administración donde registró el boleto y que ofrecen vistosos regalos si el afortunado guarda el dinero en su banco.

Niño: el modo de sentir, pensar y actuar es similar al de cómo lo hacía la persona en determinadas épocas de su infancia; la cual se caracteriza en general por la preferente intensidad y volubilidad emocional, pensamiento predominantemente centrado en lo inmediato y comportamiento tendente a ser impulsivo. Una persona de cincuenta años ubicada en este tipo de estado del yo, puede entusiasmarse ante una oferta de calzado de “pague 2 y llévese 3” y comprar cuatro pares de zapatos; sin dar importancia a que los números que quedan son dos tallas superiores a la suya, del mismo modo que quería de pequeño un abrigo por sus colores vistosos, aunque le estuviera muy pequeño.

En resumen: a cada tipo de estados del yo le corresponden unos modos genéricos de sentir, pensar y actuar y cada persona presentará unas características específicas de cada uno de ellos, así como una tendencia a ubicarse predominantemente en un tipo o en otro. De este modo quien se sitúe preferentemente en un tipo Padre, presentará con frecuencia comportamientos de estilo protector y directivo o incluso sobre protector y autoritario; expresará pocas inferencias intuitivas y creativas y disfrutará menos de lo inmediato (características de un tipo de estado del yo Niño); también tomará escasas decisiones y acciones adaptadas a las condiciones cambiantes del entorno (aspectos del tipo Adulto). Berne denomina exclusión de un tipo de estado del yo, sea Padre, Adulto o Niño, cuando la persona no suele ubicarse en él, pudiendo atañer a uno o a dos de ellos. En otros casos, un estado del yo Adulto puede presentar parcialmente características que corresponden a un estado del yo Padre, como ocurre en el caso de los prejuicios y los tópicos en que una persona o un grupo consideran como hechos las creencias trasmitidas por tradición. Otras veces, un estado del yo Adulto puede en parte mostrar aspectos relativos a un estado del yo Niño, como sucede en las ilusiones, en que alguien toma como certezas las creencias de la infancia. Ambos casos se denominan contaminación, pues el discurrir del pensamiento de estilo adulto tiene por objeto justificar la creencia en vez de averiguar su veracidad. De este modo, alguien puede dar indicios de una contaminación doble, pudiendo combinar el prejuicio de “Hay que desconfiar de los extraños” y la ilusión de “La gente no me tiene en cuenta”. Así es como concluye: “Dice que le interesa mi opinión para ridiculizarme cuando se la dé”.”…]

Bueno con esto lo que quiero llegar a explicar es que si algún día os sentís faltos de cariño o sentís que la falta de afecto o comprensión os llevo a malas relaciones en vuestra vida, cerrad los ojos situad a vuestro yo niño a vuestro lado, preguntadle que le pasa, porque llora o porque esta triste y explicadle que estáis con el que jamás estará solo, abrazadlo y decirle que siempre lo cuidareis y os prometo que os sentiréis algo mejor. Porque la persona más importante para cada uno de nosotros y con la que tendremos que vivir toda la somos nosotros mismos. Y nadie merece más de nuestro cariño y cuidado que nuestra propia persona y axial aprendiendo a amarnos bien, aprenderemos a amar a los demás.

Quizás penséis que es muy fácil decirlo y que es un consejo gratuito dado por alguien que no tiene ni idea de lo que es la vida, ni de cómo vivirla y salir adelante. Pero si queréis quedaros conmigo os contaré como una chiquilla de 22 años ha llegado a estas conclusiones sobre la vida, de la niña adoptada, adolescente y adulta. De cómo relaciono su Yo niña, con su Yo adulta y su complicada relación con su Yo madre.


¿Qué decís? ¿Me acompañáis en este viaje?

Continuará….


(escrito tipo historia, tal vez la continue algún día)











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